Una amiga de mi amiga se despertó esta mañana sintiendo en el corazón un gusto amargo. Sí, porque el corazón también come, o al menos, también se alimenta. Y en épocas de cuarentena, de confinamiento y de evidencia ineludible de lo soles que estamos, se está muriendo de hambre. Dice el de Aforrismos que se suspende el sexo pero que el amor ya estaba cancelado hace rato. Y la razón que tiene ese muchacho, santo pagano de las redes sociales, Gauchito Gil de Instagram. No sé desde que lugar lo expresa en su sentir masculino, pero una amiga de mi amiga sigue siendo una mujer, y bastante vintage, nada cool. Y para ella esa frase la remite a la problemática eterna, que ya existía antes de la pandemia, antes de las redes sociales, antes de las dating apps y capaz que hasta inclusive antes de Cristo. Nosotras damos sexo, pero lo que queremos es amor. Damos sexo para dar amor. Queremos amor y para eso entregamos sexo. En este caso, la amiga de mi amiga, entregó sexteo. Y se
Una Amiga de mi amiga es la Voz Literária de la Lic. Manuela Silva, Psicóloga, especialista en abuso emocional. En este blog hay historias ficticias que pretenden reflejar "eso que nos pasa a todas" y que no queremos contar. Por esa razón, quizás la única forma de verbalizarlo es decir "le pasó a una amiga de mi amiga". Pueden seguirnos en IG: @unaamigademiamiga, donde hacemos vivos todos los martes, y también en nuestro canal de Youtube donde subimos posteriormente ese material.