Una amiga de mi amiga acaba de separarse. Estuvo en pareja entre los 23 y los 33.
Ahora que desembarcó en la realidad de “como se sale en los días de hoy”, se encuentra más perdida que su abuela tana cuándo llegó en barco. Le habían dicho que en el nuevo mundo había oro en las calles. Lo cierto es que, la pobre señora empezó sus días de inmigrante lavando ropa y viviendo en un inquilinato.
Corajuda como su abuela, se decide a encarar sus nuevas posibilidades amorosas, convencida de conquistar su América.
Para su enorme sorpresa, es muy exitosa en las redes. Se mira al espejo y decide que no está nada mal para sus 33.
Rápidamente arma un flowchart de decisiones que le permite elegir el candidato adecuado. Tiene algunos encuentros, con algunos señores y hasta (porque no) con una señora. Al final pasó tanto tiempo sin experimentar otras cosas, es hora de vivir un poco. Y al final hay tantas oportunidades esperando en estas redes.
Decide que esto del online datting es lo mejor que le pasó en la vida.
Se mira al espejo y se ve hermosísima.
Hasta que un día, pasa en la puerta de un bar y ve uno de los señores con quien salió, con otra.
Trata de no sorprenderse, al final ella también salió con varios, pero en su corazón, se expande una sombra. Una sombra que dice que al final, no fue ella la elegida por sobre todas las otras mujeres. Una sombra que grita, que al final, no se enamoró mágicamente de ella en tan solo un encuentro.
Cuando llega a casa, ve en el estado de Instagram, que uno de los que vió la semana pasada, se acaba de comprometer, con la, (pasmen) novia de toda la vida.
Una nueva sombra expande sus alas como una mariposa nocturna que abarcara todo el pecho.
En un vano intento de ignorar esas sombras, sale con un nuevo caballero esta noche. Se mira al espejo, y ya no se ve tan bonita. Por ironía, la cita es un fracaso. El muy desastre, decide explicarle todos los platos del menú como si ella fuera idiota. “¿Esto son empanadas de cordero patagónico, cordero sabes lo que es? La Patagonia es una provincia”.
Regresa a casa y el teléfono no para de vibrar con mensajes de todos. La amiga de mi amiga siente que hay tanto ruido en su teléfono como en el inquilinato de su abuela.
Cuando llegó a la entrevista conmigo, quería volver con el novio, traía todas sus sombras y todos sus relatos.
Trabajamos juntas para manejar las expectativas que se pueden llegar a tener en relación a los encuentros en línea y fuimos de a poco, distinguiendo amor de entretenimiento.
De a poco, la amiga de una amiga fue entendiendo que hay más opciones que la búsqueda incansable del amor.
No dudes en pedir una primera entrevista y evaluamos que tendríamos que trabajar.
Aquí ningún problema es demasiado pequeño o demasiado grande.
Si tenes simplemente una historia para contarme, no dudes en hacerlo, serás escuchada y respetada.
Puedo recibirte en mi oficina del microcentro, o de nuñez. Si ningún horario te queda bien, podemos siempre vernos por Skype, y así empezas tu proceso desde la comodidad de tu hogar.
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