Respondiendo a nuestra querida Amiga, Alma:Cuando decís que hay “Amor en tu cerebro” como en la canción de Rihanna, la verdad es que por un lado tenes razón, es en tu cerebro que está pasando todo eso. Lo que, si te aseguro, es que no tiene nada que ver con el amor. Es una adicción. Las relaciones con estos depredadores terminan así. Nos dejan “de resaca”, listas para entrar a una clínica de rehabilitación. Estas características que describis son muy típicas de los vínculos traumáticos.
Vos fíjate:
El anclaje en lo sexual – Arma que suelen usar para dominarnos y resolvernos las dudas que nos asaltan, cuando advertimos su maltrato.
La disonancia cognitiva – La forma como te hace entrar en duda por su comportamiento contradictorio.
El dominio romántico de su seguridad, vos misma lo decís, como podes ser tan chico y tenerlo todo tan claro, llegaste sin desparpajo.
La duda (sembrada desde la disonancia cognitiva) en relación a su buen querer y buen proceder, al final no sabes si te quiso alguna vez o para el no fuiste más que un juego… Lo siento por ser la mensajera de las malas noticias, pero me imagino que a esta altura ya te diste cuenta que fue solo un juego para el…
La forma sorpresiva como te dejó, y no te cerró la relación, permitiendo que quedes anclada en esa duda que no te permite salir de la espiral descendiente de sentimientos que te arruinan el estado de ánimo y la voluntad (etapa de descarte).
La diferencia de edad (la relación traumática normalmente parte de algún tipo de asimetría).
Y por fin, el total estado de desesperación, búsqueda de sentido y dependencia en la que te dejó, que vos tratas en diferentes momentos de transformar en algo un poco más aceptable, como, por ejemplo, algo que no hayas podido hacer vos o alguna lección cósmica que debas agradecer.
A esto último le llamo yo y la transformación en lo contrario. Y es una de las principales trampas que debemos evitar cuando nos estamos recuperando de un vínculo tóxico. Lo usamos para obtener alivio y para alimentar el deseo insano de todavía poder recuperar la relación. Si pienso que es una “lección del universo”, le doy un sentido benigno a algo que es maligno. Vos fíjate que le agradeces. En mayúsculas. Tres veces.
No nos confundamos, no hay que agradecer nada a estos agresores. Si te trato bien y luego mal, es abuso. Si te hizo sentir una diosa y luego una basura, es abuso. Si unos días esta y es el novio fatal y luego te abandona sin justificación, es abuso. No lo dudes un segundo, por más que vos también hayas dado un puertazo alguna vez, recuerda, estás en trance, hipnotizada por su seducción. Si deja de escribir sorpresivamente es abuso, por más que te haya hecho descubrir algo de tu sexualidad, que vos juzgas, está atada a él. Pero por suerte Alma, estás equivocada. Esa sexualidad maravillosa que vos pensas que él te hizo descubrir, no es más que tu inmenso poder personal y sexual.
Pasa que, por cuestiones históricas y educativas que lo explican, las mujeres muchas veces tenemos nuestro poder de goce reprimido, y necesitamos alguna figura masculina dominante que habilite y autorice ese gozar. Los psicópatas y narcisistas esto te lo leen en la frente, lo ven claro como el color de tus ojos. Ese es su súper poder. Descubrir mujeres que no conocen su valor. Luego nos hacen adictas a ellos para que solo podamos ser esa mujer liberada cuando ellos quieren. Por fin se cansan y nos apagan para que no podamos serlo con nadie más.
Y ahí querida Alma, es donde ganamos la batalla.
Porque lo cierto es que ese poder de amar y disfrutar lo llevas contigo, y la única persona a quien tenes que agradecer por descubrirlo es a vos misma. Él no te lo hizo descubrir. Vos se lo brindaste. El que debería agradecerte es el… Olvídate de disculparlo, de entenderlo, de pensar que él también te dio algo de bueno, los mea culpas y el equilibrio, en estos casos no sirven de nada. Esta gente no siente nada. No hay ninguna razón por la que debas valorarlo, si al dejarte, te dejó en este estado. Eso solo, es criterio inequívoco para que sepas que… es un forro! Y a los forros no se los disculpa ni se les agradece.
Levántate hoy mismo de esa espiral emocional y sobreponete a cualquier límite o línea imaginaria. Tu amor y tu sexualidad son tuyas y todas las lecciones las aprendiste vos sola. Agradécete a vos. Y cerrá ese ciclo del cuál no podés esperar más nada.
Y recuerda. De esto vos no tenes ninguna CULPA. Eso no existe. Erradícala de tu cerebro. Él es un merodeador y vos fuiste abducida. No hiciste nada malo. No te metiste sola en esto como decís. Él te identificó, te cazó, te hizo adicta y por fin te descartó. Eso de que en toda relación son culpables los dos, en estos casos es totalmente erróneo. Vos veías cosas que te hacían ruido y querías cuestionarlas pero no podías, porque él ya te había enroscado con el vínculo traumático. Por eso en tu texto, después de un “azul” donde se ve toda tu lucidez, viene un “amarillo”, la culpa y la transformación en lo contrario.
Alma no sos responsable de nada. Ándate hoy mismo de ahí, libre de culpa. Borra la culpa y el amor de tu cerebro.
Beso grande
Una amiga de mi amiga
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