Es cierto y sabido, que después de una vida de atender, cuidar, amar y a veces hasta suplicar, empezar a "poner límites" no es un trabajo fácil.
La estipulación clara de límites o a veces tan solo la enunciación de propuestas de "contratos" suele ponernos muy nerviosas a todas.
Esto ocurre, porque la verbalización de nuestras voluntades y criterios respecto de las cosas: a) no es algo que estemos acostumbradas a hacer
b) siempre viene asociado al miedo de ser considerada caprichosa, o peor, al miedo de ser ridiculizada
c) nos coloca en un lugar de posibles exclusiones
d) está fuertemente asociado a la culpa
¿Esto de los lugares de exclusión, que quiere decir?
Hago referencia a que, cuándo pongo un límite, por ejemplo, decir a una persona que no quiero ir a la playa porque prefiero el campo, me coloca en un lugar donde la otra persona puede elegir ir sin mí. De hecho, puede elegir no invitarme más a ese tipo de lugares. O sea, me “coloco sola” en un lugar donde puedo ser excluida.
Las personas que tenemos un pasado de #codependencia, de #apego inseguro, de #relacionestoxicas, tenemos serias dificultades en encarar esta posibilidad. No queremos ser excluidas, todo el tiempo estamos buscando, de modo más o menos consciente estar incluidas en grupos, familias o díadas. E este caso, “poner límites” implica asumir la posibilidad de elegir, y elegir es, a veces, elegir no estar en un determinado entorno o lugar. Y hay que hacerlo. Es para nosotras un ejercicio sumamente recomendable.
Talvez requiera un poco de entrenamiento previo y para eso las invitamos a que se acerquen y compartan los espacios de talleres y del grupo terapéutico.
Pero normalmente la relación más fuerte y más impeditiva del ejercicio del límite está en la culpa. Lo que evidentemente se relaciona con lo anterior.
Queridas lectoras, elegir implica culpa. Sépanlo. Elegir es discriminar conscientemente entre lo que quiero y lo que no. Es elegirme, es ponerme primero. Si, primero que mis hijos e hijas también. Primero que toda la humanidad.
No hay forma de vivir una vida consciente sin algo de culpa y es importante que se acostumbren. Pero eso es material para nuestras sesiones individuales, donde comprenderán que no está mal ni dejan de ser buenas personas por extenderse a sí mismas esa compasión que brindan a todos los demás.
Hoy lo que necesitan es un Tip para empezar a hacerlo “light”. Algo así como con 40% menos de calorías de culpa.
Entonces aun insistiendo en rescatar que elegirse primero no es algo por lo que deberían culpabilizarse (lo hacemos igual porque fuimos adiestradas para tal fin), les dejo unos pequeños guiones para empezar a poner límites, AL MENOS CON LA CERTEZA DE QUE NO LO ESTÁN HACIENDO MAL, NI ESTÁN SIENDO BRUTAS, NI MALEDUCADAS CON NADIE. (40% MENOS DE CALORÍAS DE CULPA GARANTIZADAS.)
Hago el recate que estos “guiones” son “para principiantes” o sea, son solo muletillas para ayudarlas a nadar por el mar de la culpa y del miedo de equivocarse al menos con la cabeza fuera de agua. (el miedo de equivocarse lo dejamos para otro texto).
Entonces, hacemos como un tratamiento de desensibilización, empezamos por algo muy adornado de herramientas para posteriormente empezar a decirlo de modo más asertivo, lo que es, verdaderamente, el objetivo.
Día 1:
4 herramientas, que prestamos del Hoponopono.
Perdóname, te perdono, gracias y te amo.
Ejemplo: “Me vas a disculpar por lo que voy a decir, y créeme que no me ofendo, pero es necesario que hagas x cosa. Es muy importante para mí que lo hagas y es la última vez que lo voy a permitir. Gracias por escuchar atentamente, estoy segura que lo lograrás la próxima, te amo.”
Si les suena a manipulación, están en lo cierto.
Pero quizás es necesario esta muletilla al inicio, hasta que no se acostumbren a lidiar con el rechazo temporario que puede venir de un límite y con la angustia de “no saber si exageré y si lo hice mal”.
Luego día 2, ya le ponemos menos adorno.
Ejemplo: “Necesito que me escuches respecto de esto y te voy a pedir una actitud de cambio x. Quedo a la espera de tu resultado, sabes bien que mi amor es incondicional pero que eso no implica que deba permitir ciertas faltas.”
¿Ya es un poco más fuerte verdad?
¿Una pregunta que pueden usar en este momento es “te das cuenta de cómo me haces sentir cuando haces esto?” O bien, preguntarle cómo se siente al hacerlo. Los límites deben tener también criterios claros. Pero eso lo hablamos en el Grupo terapéutico cuando trabajamos en el “club de la asertividad”.
Así seguimos hasta ya llegar a un lugar más asertivo.
Quiero hablarte de x situación. Me siento mal al respecto. Desearía que cambie x cosa. ¿Te parece que lo puedes hacer? ¿Qué opinas al respecto? Perfecto, habiendo ambos dicho lo que pensamos, para el futuro lo pactamos de este modo.
¿Muchísimo mejor verdad? Serio, sólido y sin ser pasivo agresivo.
La verdad, yo iría con este directamente.
Pero no es sencillo salir de una vida de estar callada, silenciada y en segundo plano y empezar a alzar la voz. Muchas veces nos refugiamos en lugares de sarcasmo, de extorsión, de chistes de doble sentido y de deseo secreto de que a nuestros maltratadores cercanos se les haga justicia divina. La invitación de UADMA es a que aprendamos despacito a:
Poner límites claros y con altura
Los respetemos nosotras mismas
Aprendamos a ser más asertivas
Aprendamos a, de vez en cuando, elegir no ser elegidas
Logremos expresar nuestra opinión, aunque no sea aquella de la mayoría
Abandonemos los lugares de malestar en silencio
Dejemos de dar, en la esperanza de que algún día algo cambie
Seamos atrevidas y generemos cambios positivos
Nos corramos de las explosiones de ira, del sarcasmo y del cinismo
Seamos verdaderas y seamos inteligentes.
Las espero en UADMA
Sigan en instagram @unaamigademiamiga y verán en el link tree (link de la bio) todos los talleres que tenemos disponibles.
Una amiga de mi amiga, acaba de regresar de su primer viaje sola. La otra amiga de mi amiga está enamorada de un hombre que le dice que no quiere compromisos y que quiere que las cosas fluyan. Tienen todavía otra amiga que, en una cena, confesó con pudor que no le gustaba dar la teta en público. Tuvo cierto temor a recibir comentarios poco empáticos. Una cuarta amiga de este grupo, faltó a la cena porque tuvo que quedarse cuidando al hijo de la pareja. Al final, él tenía que salir con los amigos y la madre de la criatura no se podía quedar porque no era su fin de semana. La que vino con ella, está empezando a sentir una atracción por su jefa, y no sabe cómo lidiar con esto. Cuando decidió irse, la amiga de mi amiga pidió un “uber” pero le recomendaron la aplicación “sara”, igual al “uber”, donde todas las choferes y pasajeras son mujeres. Esta amiga, tiene dos hijos varones, y pasó todo el viaje pensando que, si para sentirnos más seguras tenemos que constru
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